Tras un año marcado por la lesión y la distancia obligada de las canchas, la capitana de Deportes Antofagasta se prepara para volver. Con una carrera construida desde la constancia, el amor por el club y el liderazgo silencioso, Valentina Contreras proyecta el 2026 como un año de revancha personal y deportiva.
Valentina Contreras Alfaro es sinónimo de constancia y compromiso con el fútbol femenino en Antofagasta. Capitana histórica del elenco puma, su camino ha estado marcado por la perseverancia, los golpes deportivos y una profunda identidad con el club. Tras un 2025 lejos de las canchas debido a una lesión, la futbolista antofagastina ya proyecta su regreso para el 2026, con la convicción de volver a aportar desde la experiencia, el liderazgo y el amor por la camiseta.
La egresada de Terapia Ocupacional fue reconocida en la campaña “Crecer con Antofagasta”, iniciativa de Escondida|BHP y El Mercurio de Antofagasta que buscaba destacar a personas y organizaciones que contribuyen al desarrollo, la identidad y el futuro de la región. Para la capitana de Deportes Antofagasta, este reconocimiento inesperado refleja un camino construido con disciplina, constancia y compromiso, tanto en su formación profesional como en su trayectoria deportiva, y confirma que está dejando una huella genuina basada en la perseverancia y el aprendizaje constante. “Fue muy gratificante porque significa que estoy dejando una pequeña huella, hecha con mucho amor y cariño, siendo simplemente yo. Uno nunca deja de aprender”, comentó.
¿Te sientes una referente del fútbol femenino en Antofagasta?
Más que referente, me siento una guía. Los años que he estado en el CDA y la posibilidad de portar la jineta de capitana han hecho que muchas niñas me vean como una voz cercana. Siempre he pensado que, si puedo aconsejar o acompañar a alguien en su proceso, lo voy a hacer.
Este año estuve alejada de las canchas por la lesión y fue muy complejo emocionalmente, pero sentí un apoyo enorme: de mis compañeras, del cuerpo técnico y también de los papás y niñas que van a la cancha. Esas cosas son las que valen, sentir que una deja una huellita y una buena imagen.
¿Cuándo y cómo nace tu historia con Deportes Antofagasta?
Mi historia con el CDA comienza alrededor del 2015, cuando tenía 14 años. Antes era muy difícil encontrar equipos femeninos en Antofagasta. Me inicié en el Club Deportivo Impacto, donde me enamoré del fútbol. Hasta esa edad jugaba con hombres, porque no había muchas opciones para mujeres.
Cuando se abrió la posibilidad de ingresar a lo que en ese momento era la Selección de Antofagasta, asistí a las pruebas, quedé y desde entonces he sido parte del elenco puma.
El fútbol viene desde mi infancia: mi papá jugó, fue cadete en Deportes La Serena, y yo prácticamente crecí en una cancha. Siempre estaré agradecida de todas las personas que han sido parte de mi camino futbolístico, porque todas me han ayudado a crecer.
¿Cuál ha sido el momento más significativo de tu carrera en el club?
Hubo un año muy especial cuando clasificamos a los Play Off y teníamos opciones reales de disputar las semifinales. Lamentablemente, por una desorganización externa, quedamos eliminadas, incluso por una situación como la ausencia de una ambulancia. Fue un golpe emocional muy fuerte.
Otro momento muy duro fue el 2024, cuando descendimos estando yo como capitana. Viví todo el proceso: ascender, mantener la categoría y luego volver a bajar. Fue un año difícil, y después vino la lesión que me dejó fuera toda esta temporada.
Este año el equipo estuvo cerca de volver a subir. ¿Cómo lo viviste desde fuera?
A las chicas les faltó muy poco para clasificar a los play off. Yo estuve lejos por la lesión y mi internado, iba cuando podía, pero las vi siempre motivadas y luchando hasta el final. A veces las cosas no se dan, pero el esfuerzo estuvo.
El 2026 toca seguir remando hacia adelante y ojalá Deportes Antofagasta pueda lograr el ascenso.
Justamente, el 2026 asoma como un año clave para ti. ¿Qué esperas en lo personal, laboral y deportivo?
Quiero volver a disfrutar el fútbol, volver a entrenar todos los días, volver a jugar por el club y viajar los fines de semana.
También espero comenzar a ejercer mi profesión, ya con la licencia para trabajar, y ver cómo compatibilizar ambas cosas. Hoy mi foco está en volver a confiar en mí en lo deportivo y ver hasta dónde me puede llevar el fútbol.
¿Qué crees que le falta al CDA femenino?
Principalmente mayor visibilidad. Que los partidos se transmitan de forma constante ayudaría mucho a abrir puertas y generar más apoyo.
Espero que el próximo año el fútbol femenino sea aún más visible, para que llegue más gente y más respaldo al proyecto.
